De la evaluación, realizada por segundo año consecutivo, participó un destacado jurado integrado por enólogos y especialistas del sector, como así también referentes del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Nación; de la Dirección de Vitivinicultura Río Negro; del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), de la Asociación de Profesionales de Enología y Alimentos de Argentina, (APEAA), el Centro de Desarrollo Vitícola INTA-COVIAR, la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), la Universidad del Comahue (UNCo) y la Asociación Vitivinícola de la Zona Fría.
Cabe señalar que para la evaluación se presentaron una treintena de muestras, lo que demuestra el importante interés por parte del sector bodeguero y de elaboradores de vino casero y artesanal de la provincia en participar de la actividad.
Con esta actividad se busca conocer las características de la cosecha del año, comparar la cosecha con años anteriores y evaluar los vinos del 2013 en todas sus categorías (tranquilos y espumantes, blancos, rosados y tintos, y de consumo masivo y de alta gama).
Asimismo, una vez completados los resultados, se informará a cada elaborador en forma privada la evaluación precisa de su vino y se brindarán sugerencias técnicas de ser pertinentes. Además se emitirán hacia el mercado, por parte del jurado, los resultados de una evaluación en general de todos los vinos degustados que caracterice a la región.
En la ocasión el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Alfredo Palmieri, destacó la realización de esta evaluación y agregó que “esto nos lleva a conocer y profundizar el sesgo que estamos buscando, que es un patrón de calidad y que nos permita colocar a los vinos de Río Negro como un producto de alta calidad, con una definición regional y una tipificación que en el futuro nos permita tener una denominación de origen”.
Agregó que “estos son puntos de partida importante orientados a la búsqueda a llegar a un comité evaluador de calidad. Si llegamos a controlar estos parámetros resultaría muy interesante para llegar a colocar los productos que con un perfil de calidad aprobado en las vitrinas de los distintos lugares de turismo y potencializar la presencia de los vinos rionegrinos en el consumo del turismo local, pero también en el conocimiento que ese turista le pueda dar una vez que vuelva a su lugar”.
Por último destacó que “estas son herramientas y puntos de partida muy interesantes, donde el espíritu de la vitivinicultura queda demostrado con la cantidad de muestras presentadas y con la colaboración, que en forma desinteresada, hicieron todos los integrantes del jurado con la cata de los vinos”.